Julito...¡Pelos al viento, al comando del carrito, por los ondulantes caminos de Providencia!
En uno de esos senderos encontramos esta estatua de un marinero de profundos ojos azules.
Frente a las casas que miran hacia el mar,los lugareños construyen estos "descansos" para sentarse y contemplar el paisajes,todo esta pensado para disfrutar las vistas preciosas de la isla.
Volvimos a la Bahía Maracaibo, para tomar vistas soleadas de este delicioso café a orillas del agua.
Esta extraña escultura es un ícono de Providencia, una mantarraya,adornada con imágenes de corales y peces, en realidad es un refugio para esperar el colectivo urbano,muuuy extraño.
Y llegamos a la Playa Suroeste,este restaurant sobre la playa se llama Divino Niño y es famoso por sus exquisitos platos.
Y aquí está la playa más extensa de Providencia, en ella se hacen carreras de caballos, en ocasiones especiales,las barandas corresponden a un hotel que está en el extremo de la bahía.
Y cerrando el semicírculo de arena,un pequeño morro.
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