Muchos meses soñando con este día,con este tiempo sólo para nosotros,imaginando los lugares,los cielos,los olores y....ahora comenzaba a hacerse realidad.
Por 30 días este Opel Mokka sería nuestra casa,nuestro compañero de ruta,nuestro comedor.Con él comenzamos a deslizarnos por los ondulantes y preciosos senderos del Lago di Como, primer destino de esta travesía.
Este entorno verde y fragante,con las montañas como marco,era lo que nos rodeaba al despertarnos.
Ante nuestros ojos comenzaba a desplegarse este lago con sus 146km2 de superficie.Con sus 416 metros de profundidad,está entre los más profundos de Europa.
Deslizarse en sus orillas, es asomarse en cada curva y contracurva a poblaciones que conservan el andar tranquilo y la paz en la vida cotidiana.
Arcadas,paredes de piedra,puentecitos peatonales tiñen de encanto a Menaggio,Varena,Cólico y tantos otros.
El Lago abraza a la ciudad de Como.Existen vestigios que documentan su importancia durante el Imperio Romano aunque su existencia remonta a la Edad de Bronce.
En el lago, no sólo se encuentran barcos de paseo,sino también hidroaviones que amerizan y despegan desde sus aguas.
Muy cerquita de Como,se encuentra Brunate, localidad a la que se accede por funivía....pero estaban realizando tareas de mantenimiento y no funcionaba,así que emprendimos la subida en auto.
Camino sinuoso y muy bello,a Brunate se lo apoda El Balcón del Lario pues desde su posición privilegiada se domina una de las ramas del Lago.
Casi escondida entre las callejuelas de Brunate,nos encontramos con esta encantadora iglesia.
En estas dos últimas imágenes va nuestro adiós al Lago di Como, fue la puerta de entrada a esta maravillosa región italiana ¡¡¡y no pudo ser más bella!!!
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