Con la llegada masiva de los italianos ,después de las guerras, las distintas familias se afincaron en diversos barrios de la ciudad, siendo uno de los más representativos,esta Pequeña Italia.Con el tiempo, se produjo la integración con los habitantes locales y el posterior desplazamiento hacia otras zonas
Si Nueva York es una ciudad que vibra ,mucho más lo es este pedacito de Italia insertado entre avenidas y rascacielos .La noche y el día son igualmente agitados ,con turistas recorriendo sus calles y degustando la buena cocina italiana.
El eje gastronómico es la calle Mulberry con sus trattorias,sus mesas adornadas con manteles a cuadros y su bullicio permanente.
Un aire del siglo pasado parece trepar por las paredes de ladrillo visto y las escaleras de incendio.Las imágenes nos retrotraen a escenas de películas y todo parece una escenografía .
Saboreando la pasta italiana y retomando fuerzas para recorrer el Barrio Chino.
A una zona pantanosa,en el siglo XIX,llegaron los primeros asiáticos,los inmigrantes chinos, hoy conviven gente de Malasia,Vietnam y Tawian, entre otras nacionalidades, en un ejemplo de integración.
El origen del barrio se remonta a 1882,cuando una ley vigente hasta 1943,prohibía a los habitantes chinos nacionalizarse, impidiéndoles,así trabajar o estudiar,ésto originó que se agruparan en esta zona buscando protegerse del racismo imperante.
Los caracteres chinos aparecen en carteles,señalando la entrada a locales pequeños y bastante oscuros donde se mezclan una enorme diversidad de objetos La calle más importante es Moott Street.
Los pobladores ignoran a locales y turistas,hablan en su idioma,venden sus frutos, hierbas y pescado y se tiene la sensación que están en su propia dimensión
Un ejemplo de estas particularidades son todas las exóticas frutas,que están en los mercados,como el Rambutan,originaria del sudeste asiático que en Centroamérica es conocido como mamón chino.
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