Último desayuno en el hotel,último día en Huatulco.Hubiéramos querido recorrer sus nueve bahías, pero dicen que siempre "hay que dejar algo por ver, para volver".
Así que atravesamos el espacioso lobby del hotel rumbo a la playa de la Santa Cruz.
Arenas finas, suave declive,mar tibio, no muchas olas y los infaltables peces de colores.
Esta bahía debe su nombre a una milagrosa cruz que se encontraba allí , desde hacía más de 500 años, se cree que un español la trajo, pero a un arzobispo se le ocurrió dividirla en cuatro pequeñas cruces y despositarlas en distintas iglesias.Hoy, hay aquí una réplica.
A diferencia de la Bahía de San Agustín, tiene muuucha infraestructura:barcitos,limpios baños, negocios de artesanía, supermercados y departamentos para alquilar.
En los barcitos, con sólo consumir una cervecita, prestan por todo el día esas reposeras blancas que ven en la foto.
Julito muuuy entretenido cortándoles miguitas a los pájaros que lo rodeaban.
Como ven, no me despego del mate, detrás mío lo solícitos mozos de los barcitos.Observen qué visera discreta que me compré.
Final, final,final para Huatulco, aquí estamos esperando que nos traigan la cena.Mañana, rumbo a Acapulco, para darle una mirada breve.
Así que atravesamos el espacioso lobby del hotel rumbo a la playa de la Santa Cruz.
Arenas finas, suave declive,mar tibio, no muchas olas y los infaltables peces de colores.
Esta bahía debe su nombre a una milagrosa cruz que se encontraba allí , desde hacía más de 500 años, se cree que un español la trajo, pero a un arzobispo se le ocurrió dividirla en cuatro pequeñas cruces y despositarlas en distintas iglesias.Hoy, hay aquí una réplica.
A diferencia de la Bahía de San Agustín, tiene muuucha infraestructura:barcitos,limpios baños, negocios de artesanía, supermercados y departamentos para alquilar.
En los barcitos, con sólo consumir una cervecita, prestan por todo el día esas reposeras blancas que ven en la foto.
Julito muuuy entretenido cortándoles miguitas a los pájaros que lo rodeaban.
Como ven, no me despego del mate, detrás mío lo solícitos mozos de los barcitos.Observen qué visera discreta que me compré.
Final, final,final para Huatulco, aquí estamos esperando que nos traigan la cena.Mañana, rumbo a Acapulco, para darle una mirada breve.
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