Y partimos rumbo a la Laguna San Rafael nos esperaban 12 horas de navegación...y en ese tiempo,,,hubo de todo:
Confraternización con los viajeros chilenos,con cánticos y bailes improvisados.
Charlas íntimas de conocimiento.
Tiempo para las fotos de la "rama femenina" del grupo.
Observar el paisaje de fiordos que caen sobre las aguas surcadas por otras embarcaciones.
Y nos olvidamos del frío,abandonando nuestros cómodos asientos calentitos para maravillarnos con tanta belleza.
Julito se sentía director de orquesta.
Mario y Quique,se volvieron a la época en que arriaban la bandera.
Y nosotras nos colamos en la cabina del capitán,quien amablemente nos prestó su gorra.
Para luego posar con todo el grupo.
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