El morro del Pan de Azúcar es una montaña sin vegetación en casi su totalidad.Es un bloque único de una roca originaria de granito que ha sufrido alteraciones por presión y temperatura .
El Pan de Azúcar es un marco natural,histórico y turístico de la ciudad.Su pico marca el inicio de la Bahía de Guanabara. Hay varias versiones sobre el origen de su nombre,la más aceptada sostiene que su forma reproduce los panes de azúcar de caña , enviados a Europa, en fuentes de barro cónicas.
Augusto Ferreira Ramos, ingeniero brasilero, nacido en 1860 , viendo el cerro desde la cercana Playa Roja, tuvo la idea de construir un teleférico para acceder a su cima.El día 30 de julio de 1909 se concede la autorización,con duración de 30 años , para la construcción de la gigantesca obra.
La obra tardó 3 años en completarse y precisó de un número importante de operarios brasileros y portugueses, que utilizaron materiales alemanes.El primer Bondinho era de madera y tenía capacidad para 17 personas.El primer nivel cubría 528 m. de extensión y 228m. de altura.
Hoy no sólo se han modernizado las unidades del teleférico ,que hoy transportan 65 pasajeros cada una, sino que en el primer nivel hasta hay un Helipuerto desde donde despegan helicópteros turísticos que realizan distintos circuitos de vuelo.
Y aquí estamos nosotras,arriba del teleférico que ascendía serenamente.
Y en ese primer nivel,admiramos el aterrizaje de un helicóptero que transportaba turistas.
En 1913 se inauguró el segundo nivel uniendo el cerro de Urca y la cima del Pan de Azúcar ,cubriendo una extensión de 750 metros y subiendo a 396m de altura.Modernas pasarelas y ascensores permiten tener unas vistas excepcionales de la ciudad.
Desde este nivel se observa una extraordinaria panorámica de las playas de Copacabana e Ipanema.
Atardecía en el Pan de Azúcar y esta visión casi nocturnal nos mostraba además el verdor de las montañas selváticas de la Reserva de Tijuca y casi tapado por las nubes, el Corcovado.
Y hacia el otro lado, las esbeltas y abigarradas construcciones de la ciudad.
Y siempre el agua,abrazando esta tierra llena de contrastes y belleza.
El último sol de la tarde nos regalaba estas imágenes entre la fronda espesa que rodeaba las pasarelas.
Y al descender ,las luces comenzaban a encenderse, modificando el paisaje urbano y rodeándolo de magia.
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